miércoles, 17 de diciembre de 2025

La aparición del cuerpo de S. Ildefonso y la creación de la Cofradía de Caballeros Cubicularios de Zamora



En el artículo "Religión e identidad urbana en el Arzobispado de Toledo (siglos XVI-XVII)", del historiador Francisco Martínez Gil (1), se trata el interesante tema de la aparición del cuerpo de San Ildefonso en la Iglesia de San Pedro de Zamora, los problemas que hubo con Toledo, en relación a las reclamaciones que esta ciudad realizó para recuperar los restos mortales de San Ildefonso, y la creación de la Cofradía de los Caballeros Cubicularios, institución que tenía como fines principales guardar y custodiar dichos restos.

San Ildefonso de El Greco
Capilla Mayor del Hospital de la Caridad de Illescas

Según la leyenda, san Ildefonso se habría aparecido en 1157 a un pastorcito toledano para revelarle el lugar donde estaban sus reliquias, que habían sido puestas a salvo en el momento de la invasión musulmana. La visión condujo al pastor hasta la iglesia de San Pedro, en Zamora, pero los clérigos locales no creyeron la historia. 


Las reliquias de S. Ildefonso en Toledo en el 2007
(Fuente: ArchiToledo)

Fue en 1260 ó 1270, según las versiones, cuando el obispo don Suero, ya fuese por revelación o por casualidad al hacer una reforma en el templo, encontró una inscripción con el arca de piedra que contenía el cuerpo de san Ildefonso, pero no se atrevió a divulgarlo por temor a perderlo. Se dice que, en los días siguientes, el Santo obró numerosos milagros, como resucitar muertos, dar vista a ciegos y alanzar demonios 30. Don Suero fundó la cofradía de los Caballeros de San Ildefonso, cuyos miembros estaban sujetos a rigurosas constituciones y a leyes de limpieza de sangre y nobleza, y les encomendó la guarda y custodia del cuerpo, manteniendo su paradero en secreto. 

Iglesia de S. Pedro y S. Ildefonso de Zamora
(Fotografía: C. Jordá)

En 1415 el clero y el pueblo de Zamora protestaron ante el Papa y consiguieron que las reliquias, en una especie de reinvención, fueran sacadas a "lugar público y honorífico"; y finalmente, en 1496, el obispo don Diego Meléndez de Valdés (2), con ocasión de una nueva reforma de la iglesia, expuso los santos huesos durante ocho días a la veneración de los fieles y los puso en un arca de plata sobre el altar mayor, a considerable altura y cerrada la capilla con una reja de seis llaves que repartió entre él mismo, el cabildo, la Ciudad, la cofradía de Caballeros del Santo, el mayordomo y el cura de San Pedro.

Reliquias de S. Ildefonso en la Plaza de Zocodover de Toledo en  2007.
(Fuente: Ultrapío)

Las precauciones no eran debidas tan sólo al excesivo entusiasmo de los devotos, sino a las reclamaciones que empezaron a efectuar los toledanos, a quienes incluso se acusó de intentar robar las reliquias. En adelante no cesarían las disputas y las acusaciones mutuas entre las dos ciudades, pues ambas se atribuían la legítima pertenencia de los huesos de san Ildefonso. No en vano era desde antiguo uno de los santos patronos de Toledo, pero los zamoranos lo hicieron suyo hasta el extremo de convertirle en parte integrante de su identidad urbana. La iglesia de San Pedro tomó, desde la invención de la reliquias, la advocación del santo toledano; y la ciudad votó las celebraciones solemnes del 26 de mayo, en que había sucedido el prodigio, y del 23 de enero, fecha de la muerta del Santo. Los votos de la cofradía fueron asumidos por el propio cabildo municipal, de modo que "la Ciudad de Zamora en su ayuntamiento, recibe juramento en forma, al Regidor que entra a serlo, de que mirará con todas sus fuerças, voto, e industria, por la custodia, defensa, y mayor honor de su patrón".



Notas: 

1.- Fernando Martínez Gil nació en Toledo en el año 1956. Es licenciado en Historia Moderna, especialidad en la que se doctoró, y en Antropología y Etnología de América. Es profesor de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Castilla-La Mancha. Además la docencia y la investigación histórica, también se dedica a la creación literaria, campo en los que ha obtenido el Premio Nacional de Literatura Infantil y el Premio Lazarillo. Ha publicado novelas juveniles e históricas en la editorial Alfaguara.

2.- Diego Meléndez de Valdés fue obispo de Salamanca (1483-1491), Astorga (1493-1494) y Zamora (1494-1506). Ocupó el cargo de mayordomo del papa Alejandro VI. Falleció en la ciudad de Roma, y fue enterrado en la capilla de San Ildefonso, que él mismo había fundado en el año 1501, en la Iglesia de Santiago de los Españoles.



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Bibliografía consultada:

Religión e identidad urbana en el Arzobispado de Toledo (siglos XVI-XVII)
Francisco Martínez Gil

Religiosidad popular y modelos e identidad en España y América
J. Carlos Vizuete Mendoza y Palma Martínez-Burgos García, coordinadores
Colección Estudios nº 71. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2000.

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