En pleno
corazón de Valdizarbe se levanta, desde mediados del siglo XII, la iglesia de
Nuestra Señora de Eunate. Arqueólogos y escritores la han estudiado y descrito minuciosamente.
Escasa de documentación, solitaria y en despoblado, ha sufrido las más
peregrinas teorías sobre su origen y sus funciones. Los Iturraldes, Madrazos,
Lamperez, Altadill y posteriores divulgadores de nuestra historia, copiándose
unos a otros, ponen a los Templarios como constructores de la pequeña basílica
de planta octogonal, que no tiene más gemelas en España que la Vera Cruz segoviana y el
templo de Torres del Río.
Ermita de Santa María de Eunate (Fotografía: Abel Castro Pérez) |
Fue
primero Lambert y luego Lacarra (1) los que deshicieron la leyenda, cada uno
por camino distinto. Ya no hay duda de que fue en su origen una capilla funeraria,
erigida en el camino de Santiago, tampoco precisamente para sepultar
peregrinos, que también se enterraron en ella, sino al servicio de una cofradía
de los pueblos de la Val
de Lizarbe.
Imagen de Santa María de Eunate (Fuente: Lerel Blanco) |
En la segunda mitad de XII, y quizá por influencia de
Las
excavaciones hechas en Eunate con motivo de su restauración, confirman su
finalidad, que no acababa ahí, porque era al mismo tiempo una iglesia faro, que
ha perdido la linterna en su arquitectura actual. Se iluminaría en las noches
para guiar a los caminantes. Hay una relación teológica entre las almas de los
difuntos enterrados en el templo y en su pórtico y las luces permanentes
visibles desde cualquier punto del valle.
Ermita de Santa María de Eunate (Fuente: Uno de Mainar por el Mundo) |
Eunate
tiene, por otro lado, una tradición de lugar habitado, que han recogido no
solamente los historiadores, sino también los documentos. En un convento
suscrito en Puente la Reina ,
fechable poco después de 1200, figura un Miguel Garceiz de Onat. El topónimo
aplicado al gentilicio es muy significativo (4). Desde una fecha imprecisa,
pero muy vieja, los mayorales y jurados del concejo de Valdizarbe, se reunían
en Liazarre en su claustro. Intuyó muy bien Madrazo (5) al interpretar que la
arcada sin bóveda — donde posiblemente se podrían poner toldos, dice— serviría
para las juntas de los pueblos de Lizarbe.
De lo que
no nos cabe duda es de la existencia de una Cofradía muy próxima a la
construcción de la iglesia. Don Brun, posiblemente vecino de Puente la Reina , recordaba en 1219 que
in ultimo meo testamento mandaui et dedít unan uineam ad meos confratres de
Onat. Es decir que, a principios del siglo XlII, ya existía la cofradía y
recibía donaciones. En el mismo documento deja diez sueldos a la “opera beati
lacobi”, a la parroquia de Santiago de Puente (6).
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Fuente:
Universidad
de Navarra. Biblioteca de Humanidades
Papeles
de la Cofradía
Gastronómica del Pimiento Seco
70
cumpleaños de Tomás López Sellés lego de la Cofradía Gastronómina
del Pimiento Seco
Puente la Reina , 27 de abril de 1976
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