En el armario de dos cuerpos y cuatro puertas conservado en el coro de la Capilla de Nuestra Señora de la Balesquida de Oviedo, permanecían ocultas una serie de pinturas atribuidas a Francisco Reiter y que, según señala Javier González Santos, pueden tratarse de las primeras obras del pintor ovetense. Fue durante la restauración de este armario dónde se conservan los libros de la Cofradía de La Balesquida, llevada a cabo por Paula Sánchez Ablanedo e iniciada en 2005, cuando aparecieron las pinturas en las que se puede identificar dos ángeles (uno planchando y otro con unas tijeras, elementos propios de los sastres), una fuente, una palma, un racimo de uvas o guirnaldas florales, entre otros motivos.
Armario de La Balesquida (Fotografía: Jesús Díaz) |
Francisco Lepolpodo Reiter Alcel nació en Oviedo en 1736 y falleció en la misma ciudad en 1813, fue hijo del sastre alemán Guillermo Reiter y de Carolina Catalina Alcel, natural de Toledo. Tuvo tres hermanos, María Gertrudis, José y Antonio, y contrajo matrimonio con Francisca Fernández. Entró a formar parte del taller de dorado de Simón de Miranda Herrera, completando su formación con Francisco Martínez Bustamante y Abarca.
Además, en la Capilla de la Cofradía de la Balesquida, fundada por Velasquita Giráldez en 1232, se conservan otro dos cuadros de Francisco Reiter que pertenecieron a una serie de dieciséis, y que originalmente pintó para el claustro de Santa María de Valdediós. Representan dos pasajes de la vida de San Bernardo de Claraval: el primero "Nombramiento de San Bernardo como abad de Claraval" y el segundo, "La Virgen María, San Benito y San Lorenzo intercediendo por la salud de San Bernardo".
Según señala el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, Javier González Santos, "Nombramiento de San Bernardo como abad de Claraval" fue su obra «de mayor empeño». Además, existe un tercer cuadro de la serie de dieciséis que pintara Reiter, que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Asturias.
El Nombramiento de San Bernardo como abad de Claraval Francisco Reiter (1736-1813) |
Según señala el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, Javier González Santos, "Nombramiento de San Bernardo como abad de Claraval" fue su obra «de mayor empeño». Además, existe un tercer cuadro de la serie de dieciséis que pintara Reiter, que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Asturias.
Los cuadros de Reiter flanqueando a Ntra. Sra. de la Balesquida (Fotografía: Zarateman) |
Javier González Santos describe a Francisco Reiter, contemporáneo de Francisco de Goya (1746-1828), como un pintor «ingenuo»; en 1771 intentó ser aprobado como pintor en la Academia de San Fernando, pero no lo consiguió. A él se le debe la realización del primer plano de Oviedo, lo hizo en 1777 siendo dirigido por Francisco de la Concha Miera.
Plano de Oviedo realizado por Francisco Reiter en 1777 (Fuente: Ovetum) |
Según se señala en el Boletín del Museo del Prado (Volumen 2, 1992), de Francisco Reiter no consta que dejara discípulos, aunque la mediocridad de la copia, y la fórmula de la firma que aparece en un retrato («Frutos García Rendueles/Pinxít»), habitualmente usada por Reiter, permiten suponer que García Rendueles hubiera aprendido con él. Fermín Canella en su «Iconoteca asturiano-universitaria» (1879), refiriéndose también a la copia del retrato de Gaspar Melchor de Jovellanos que había en la Universidad de Oviedo, califica a Rendueles como pintor "aficionado" y lo considera "discípulo sin duda de Reiter".
Inmaculada Concepción, Tota pulchra Francisco Reiter (1777) |
Por último, destacaremos que Javier González Santos en "Aceptación y resistencia a la normativa académica entre los artistas asturianos de la segunda mitad del siglo XVIII", nos habla del ambiente artístico en la época de Francisco Reiter y del propio pintor, quien tiene algunas de sus obras, como ya sabemos, en la Capilla de La Balesquida: “Paralelamente, los pintores y escultores locales no son más que meros aficionados, de formación autodidácta y gustos descriptivos y decorativos trasnochados, que por su medianía y avanzada edad era impensable pretender su reforma. De entre todos el más popular fue, sin duda, el pintor Francisco Reiter (Oviedo, 1736-1813), hijo de un sastre alemán afincado en Oviedo que, no obstante, en 1771 intentó infructuosamente ser aprobado como pintor en la Academia de San Fernando. Pese a todo, ellos coparon la mayor parte de los encargos, cubriendo sobradamente con sus obras la demanda que de estos géneros había en la región”.
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Bibliografía consultada:
Aceptación y resistencia a la normativa académica entre los artistas asturianos de la segunda mitad del siglo XVIII
Javier Gonzáles Santos
Homenaje a Juan Uría Ríu - Volumen II
VV. AA.
Servicio de Publicaciones de la Universidad de Oviedo, 1997
Boletín del Museo del Prado
Volumen 2
El Museo, 1992.
Historia de Asturias, Volumen 8
Coordinador Eloy Benito Ruano
Ayalga Ediciones, 1977
Iconoteca asturiano-universitaria
Fermín Canella Secades
Imp. y lit. de V. Brid. Oviedo, 1879
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