Una historia de reyes, arrieros y caballos

La Caballada es una de las romería más antiguas de España. Cada domingo de Pentecostés, la Caballada de Atienza rememora la liberación del infante Alfonso de las tropas leonesas hace más de ocho siglos

El espectador contemplará una imagen incomparable en la carrera de caballos
(Fotografía: Jesús de los Reyes Martínez)

Tal día como hoy, pero hace 852 años, un grupo de arrieros salieron de Atienza en romería hacia la ermita de la Virgen de la Estrella. La numerosa congregación pasa sin llamar la atención de los soldados leoneses, que sitian la ciudad porque el infante Alfonso VIII se encuentra dentro de las murallas de la villa. Él es la clave para gobernar el reino de Castilla, ya que hace tan solo cuatro años -él cuenta entonces con siete- ha heredado el trono de su padre, Sancho III, tras su muerte. Por ello las familias Castro y Lara pugnan por hacerse con la tutela del niño, ya que su madre fallecía en su parto. Pero al contrario de lo que los soldados pensaron, esa alegre comitiva no era una simple romería de arrieros: entre ellos iba disfrazado el «Rey niño», que pudo atravesar el sitio gracias al ingenio de los atencinos.

Dos jinetes en plena carrera.
(Fotografía: Diario ABC)

Este hecho es el que año tras año, y desde hace más de ocho siglos, se conmemora en la fiesta de interés turístico nacional de la Caballada de Atienza, donde la Cofradía de la Santísima Trinidad —una de las más antiguas de España— recrea el momento de la salida de Alfonso VIII de la villa. Surgida de los arrieros que ayudaron al infante, que se ganaban la vida con la venta ambulante de sus productos en las ciudades que iban visitando, gracias a esta hazaña se ganó el favor del rey. De hecho, es tradición que el monarca de España sea Hermano de Honor y Prioste honorario de la hermandad, por lo que se le invita cada año a la Caballada —y si no se presenta, se le multa como a los demás hermanos, con sus correspondientes libras de cera como en el siglo XII—.

«Señores hermanos, a pie»

Así que cada domingo de Pentecostés, al igual que Alfonso VIII, la romería vuelve a salir. Sus miembros van ataviados según las ropas de la época, con la chaquetilla, la capa y el sombrero, y muchos de ellos llevan caballo para andar el camino. Portando orgullosos su bandera, la dulzaina y el tamboril dan el aviso del comienzo de la recreación. A las 10 en punto de la mañana, el Fiel de Fechos pasa lista y hace públicas las sanciones y se subasta quién portará la Bandera —que se paga en cuartillos de vino—. Una vez que la comitiva ha recogido al Abad, la comitiva desciende hasta la ermita de la Estrella. Al llegar, desmontan a la voz del Manda: «Señores hermanos, a pie».

A las 12 comienza la procesión hasta la primera de las Peñas de la Bandera. A lo largo del recorrido se subastan los banzos en cinco ocasiones —el derecho a llevar las andas de la imagen—. Las pujas, anotadas por el Fiel de Fechos, son siempre en celemines de trigo, a imagen de la Edad Media.

Concluida la procesión, comienza la Santa Misa, con los cofrades ocupando un lugar preferente, en la que se recuerda a los hermanos ausentes y la gesta sobre la que versa la homilía. «Diez celemines, diez y medio, doce... ¡buen provecho!», se oye después de la misa, en la subasta de rosquillas. Tras la vianda, los cofrades bailan una jota castellana en recuerdo a la danza que esos primeros arrieros hicieron ante los soldados para despistarles y que Alfonso VIII saliera de la villa.

Tras comer y repetir el baile, llega el momento más espectacular del día. La cofradía se dirige hasta los aledaños de la villa, en el lugar conocido como «Camino de las Cuevas», para llevar a cabo las famosas carreras (18.30 horas). Recuerdo de aquel viaje, los cofrades, de dos en dos, compiten por el camino, levantando el polvo y regalando al espectador una imagen incomparable, con el castillo y la villa al fondo. Un viaje a la Castilla de la Edad Media que ningún viajero y amante de la historia querrá perderse.

Patricia Biosca - Atienza 08/06/2014

Diario ABC:

http://www.abc.es/comunidad-castillalamancha/20140608/abcp-historia-reyes-arrieros-caballos-20140608.html