En pleno
corazón de Valdizarbe se levanta, desde mediados del siglo XII, la iglesia de
Nuestra Señora de Eunate. Arqueólogos y escritores la han estudiado y descrito minuciosamente.
Escasa de documentación, solitaria y en despoblado, ha sufrido las más
peregrinas teorías sobre su origen y sus funciones. Los Iturraldes, Madrazos,
Lamperez, Altadill y posteriores divulgadores de nuestra historia, copiándose
unos a otros, ponen a los Templarios como constructores de la pequeña basílica
de planta octogonal, que no tiene más gemelas en España que la Vera Cruz segoviana y el
templo de Torres del Río.
Ermita de Santa María de Eunate (Fotografía: Abel Castro Pérez) |
Fue
primero Lambert y luego Lacarra (1) los que deshicieron la leyenda, cada uno
por camino distinto. Ya no hay duda de que fue en su origen una capilla funeraria,
erigida en el camino de Santiago, tampoco precisamente para sepultar
peregrinos, que también se enterraron en ella, sino al servicio de una cofradía
de los pueblos de la Val
de Lizarbe.