La Cofradía de Santo Toribio de Liébana es una de las más populares en España por su devoción a la Santísima Cruz. Su fundación parece remontarse al 1181, año en que D. Luis Sánchez Belda estima el documento de constitución, el cual no lleva fecha ni ningún título especial, pero en el que se indica que está promovida por los obispos de León, Palencia, Oviedo y Burgos, estableciendo una cofradía en la casa de Santo Toribio, «territorio livanense», con objeto de poder designar un sacerdote que diariamente cante misa por los cofrades vivos y difuntos.
Los cofrades, de esta innominada corporación, en sus comienzos, debían dar cada año a la casa de Santo Toribio, una emina de cebada entre dos o un denario, y por parte de los obispos se correspondía con cuarenta días de indulgencias.
Según se nos muestra en el texto procedente de Memoria Ecclesiae XI "Beneficencia y hospitalidad en los archivos de la Iglesia", podemos ver en la Cofradía de Santo Toribio de Liébana, un ejemplo de cómo las autoridades eclesiásticas parecen aliarse dentro del mundo monacal para la fundación de una cofradía, ya que en la creación de esta institución, y como ya se ha señalado anteriormente, fueron participes los obispos de cuatro ciudades:
Santo Toribio de Liébana (Fotografía: eventplannerspain) |
Los cofrades, de esta innominada corporación, en sus comienzos, debían dar cada año a la casa de Santo Toribio, una emina de cebada entre dos o un denario, y por parte de los obispos se correspondía con cuarenta días de indulgencias.
Según se nos muestra en el texto procedente de Memoria Ecclesiae XI "Beneficencia y hospitalidad en los archivos de la Iglesia", podemos ver en la Cofradía de Santo Toribio de Liébana, un ejemplo de cómo las autoridades eclesiásticas parecen aliarse dentro del mundo monacal para la fundación de una cofradía, ya que en la creación de esta institución, y como ya se ha señalado anteriormente, fueron participes los obispos de cuatro ciudades:
La preocupación espiritual en la última etapa de la vida y la búsqueda de soluciones "post morten" en cuanto a la celebración de conmemoraciones litúrgicas encuentran en el ámbito monástico una acogida excelente. El hombre medieval busca en las instituciones monásticas pactos, hermanamientos, encomendaciones de cuerpo y alma, cofradías espirituales, confraternidades...casi siempre seguidos o precedidos de donaciones o contratos de carácter económico beneficiosos para tales instituciones.
Hallamos cofradías en las que las autoridades eclesiásticas parecen aliarse dentro de un mundo monástico: los obispos Juan de León, Raimundo de Palencia, Rodrigo de Oviedo y Martín de Burgos constituyen, en 1181 [según estimación de D. Luis Sánchez Belda], la cofradía de Santo Toribio “in territorio Leuanensi, in domo Sancti Toribii”, en la que pueden integrarse “clericis et laicis, militibus ac diuitibus et egenis”. Los prelados hablan en el mismo documento fundacional de confraternitatem y confratería.
Puerta del Perdón que se abre cada Año Santo. (Fotografía: descubrecantabria) |
Autores como D. Miguel Ángel García Guinea señalan que en la época de la fundación habría un momento posiblemente álgido en la devoción popular que posiblemente obligara, en cierta manera, a los obispos más próximos a la abadía a crear una cofradía en Santo Toribio que pudiese congregar a todos los devotos de sus comarcas. En cambio, otros indican que la Cofradía, denominada de la Santísima Cruz a partir de que se instaurase el jubileo, fue creada para hacer resurgir al Monasterio cántabro dónde tiene su sede, ya que se encontraba en un período de crisis.
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Beneficencia y hospitalidad en los archivos de la Iglesia - Santoral hispano-mozárabe en las diócesis de España.
Actas del XI Congreso de la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España celebrado en Valencia (11 al 15 de septiembre de 1995)
Publicado por la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España, 1997.
El Monasterio de Santo Toribio de Liébana
Miguel Ángel García Guinea
Editorial Everest, 1978
Cartulario de Santo Domingo de Liébana
Luis Sánchez Belda
Patronato Nacional de Archivos Históricos. Madrid, 1948
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