Es difícil, con la de cofradías que se multiplicaban en la época medieval, dictaminar cuál era la más importante. Por si esto fuera poco, resulta que sobre la de los zapateros no faltan quienes sentenciaban que no tenía demasiado prestigio, al darse la vertiente dedicada al calzado popular y de ahí que el lenguaje coloquial incorporara alguna que otra frase hecha un tanto despectiva, lo que les indujo a querer compensarlo con autocalificativos como “mestres de la forma” o “artistas del calzado”. Así las cosas, me pregunto qué cofradía fue tan relevante como para anunciarse en plena fachada de la catedral: vean su escudo en la que da frente a la plazuela de Sant Iu.
Por si fuera poco, importa saber que esta cofradía es la más antigua de Europa, seguida de la de París (en cuanto a calzado se referiere). Se sabe que ya en 1202 estaban agrupados, lo que les permitió un lustro después tener capilla propia en el claustro de la seo románica, consagrada a san Marcos, su patrón. Desde un buen principio mantuvo una relación óptima con el obispado local, lo que explica el trato relevante que les era concedido, tanto en el mercadeo de indulgencias cuanto en otorgarles el primer puesto en la procesión del Corpus.