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Cofradía de la Santa Caridad
(Fotografía: La Tribuna de Toledo) |
Teniendo cercada el Rey D. Alfonso VI esta ciudad de Toledo en el año del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo de 1085, ocurrió que por ocasión de la mucha gente reunida, no sólo de armas, sino de la infinita que esperaba poblarla, eran tantas las personas que morían ya a consecuencia de las heridas recibidas en las frecuentes refriegas de ambos ejércitos y las que se ahogaban en el río Tajo en las repetidas embestidas que el ejército sitiador daba a la población por la parte del Mediodía, como las que sucumbían de muertes naturales, ocasionadas por los insanos alimentos y consiguientes privaciones a tan prolongado y tenaz asedio, que no era posible el dar a los cadáveres decorosa sepultura eclesiástica; visto lo cual por el católico Rey D. Alonso, de gloriosa memoria, deseoso de poner remedio a esta falta de caridad cristiana, conferenció con los bienaventurados varones el Cid Ruy Díaz de Vivar, más tarde Gobernador de esta ciudad, Antonio Téllez de Toledo y Suero Gómez de Gudiel, esforzados Capitanes, con otros caballeros y gente principal, dando por resultado tan humanitaria y caritativa reunión, el que se fundara en el mismo Real de los cristianos una Hermandad que tuviera por objeto el enterrar los cadáveres en la forma prescrita en el Ritual Romano, dándola el título de la Santa Caridad, e instalándola en el monasterio de San Francisco.
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Recibo de la Cofradía de la Santa Caridad de Toledo, año 1592. |