La imagen titular del Santuario de Aralar presenta una iconografía muy antigua y característica, ya que en lugar de ser representado el Arcángel San Miguel alanceando al demonio o pesando las almas en una balanza, como suele ser lo más habitual, aparece como el portador de la Santa Cruz, como signo de la Victoria de Cristo ante la muerte. Posiblemente en su inspiración debieron de influir textos bíblicos, patrísticos y litúrgicos que presentan al arcángel San Miguel como el Signífero de Dios, "Pues San Miguel fue escogido de Cristo para su Signifero, y Teniente General de la Milicia de Dios, para que lleve su insignia, que no puede ser otra sino la Cruz" («De la devoción y patrocinio de San Miguel», de Juan Eusebio Nieremberg).
San Miguel de Aralar (Fotografía: Edurne Eustarroz) |
Durante varios siglos la imagen de San Miguel de Aralar ha sufrido sucesivos robos, uno en 1620, siendo abad del Santuario Miguel de Leiza, aunque frustrado pues los ladrones quedaron milagrosamente inmovilizados, el siguiente fue en el año 1687, en el que Manuel González y Juan de Jáuregui, cogieron la imagen del Arcángel, tirando la cabeza de la misma, porque no estaba cubierta de plata, cerca del Santuario, y un tercer robo de la imagen tuvo lugar en el siglo XVIII, más concretamente en 1797, pero afortunadamente la imagen de San Miguel fue también recuperada, restaurada y restituida a su secular sagrario.