lunes, 11 de enero de 2021

San Marcos, patrón de la cofradía gremial más antigua de Barcelona

El Dr. Martí Bonet repasa, en la Catedral, el retablo de la capilla dedicada al evangelista, que está lleno de iconos en forma de zapato para recordar el oficio del que es patrón.





17 septiembre, 2015 - ESGLÉSIA DE BARCELONA


Podemos caminar por el claustro de la Catedral y no darnos cuenta. O pasear por la calle dels Comtes y no fijarnos. Incluso, podríamos fotografiar la capilla de San Marcos evangelista y no verlas. Escondidos por toda la Catedral se pueden encontrar múltiples zapatos, símbolo del gremio de zapateros y de San Marcos, su patrón.


Esta simbología, junto con el león que caracteriza al evangelista, confluye en la capilla dedicada a San Marcos, el retablo de la cual fue terminado en 1692 por el artista Bernat Vilar. En este retablo, además de aparecer el patrón de los zapateros, aparece santo Aniano, zapatero y obispo también, y San Crispín y San Crispino, reyes y mártires devotos de San Marcos. En los muros del lado del altar hay dos cuadros del pintor Francesc Tramulles: San Marcos escribiendo el Evangelio y la captura y martirio del santo.


San Marcos y los zapateros


Dice la historia que San Marcos, inflamado por su fe evangelizadora, llegó a Alejandría, donde San Pedro lo había nombrado obispo. El santo había caminado tanto que, al entrar en la ciudad, se dio cuenta de que llevaba las sandalias completamente destrozadas. Pronto encontró un obrador, donde pidió que se las curtieran. Aniano, que así se llamaba el maestro, se puso a continuación manos a la obra, pero con tan mala suerte que se clavó la lezna en la mano. San Marcos cogió un poco de tierra, la amasó con su propia saliva y con aquel barro cubrió la herida, parando la sangre inmediatamente. Aniano quedó boquiabierto y quiso saber cómo se llamaba aquel forastero.



El Santo se presentó como un simple servidor de Jesús y como Aniano se mostró dispuesto a seguir a un señor que tenía tales sirvientes, San Marcos le contó la verdad del Evangelio hasta convertirlo en un verdadero creyente. Cuando Marcos fue perseguido en Alejandría, eligió Aniano como sucesor suyo en el obispado. Es, por ello, que el evangelista es el patrón de los zapateros.


¿Por qué un altar a San Marcos?


A partir de la permisión real de Pedro el Católico, en 1200, la Cofradía de San Marcos Evangelista fue una de las que pudo actuar oficialmente. Sin embargo, se cree que ya existía años antes ya que se sintió con suficiente fuerza económica para solicitar en 1203 -tres años después de la legalización- el permiso del Obispo de Barcelona, ​​Berenguer, para edificar un altar dedicado a San Marcos dentro del Sepulcro de la Sede. Así se construyó la primera capilla que cobijaba el primer altar y que estaba situada en el claustro de la catedral románica.


A pesar de ser derribada por no resistir el paso del tiempo, los maestros zapateros tuvieron su capilla en la nueva Catedral gótica. Aunque los retablos que personalizaban la capilla han ido cambiando, ahora se puede admirar un altar barroco, que fue inaugurado el 25 de abril de 1692, coincidiendo con la fiesta de San Marcos.


Zapatos en todas partes


Desde finales del siglo XV, el claustro de la Catedral de Barcelona acogió el foso de los maestros zapateros, en frente de la Sala Capitular, y cada vez que moría un miembro del gremio se hacían repicar las campanas, una costumbre que perduró hasta 1936. Es por ello que el suelo del claustro de la Catedral está lleno de zapatos. Era allí donde se enterraba a los maestros zapateros aunque, desde hace un siglo, los cuerpos ya no están bajo esas piedras, que han mantenido su fisonomía.


Pero no sólo en el claustro. En la calle de los Condes, justo delante del Museo Marès, si se levanta la vista a los grandes ventanales exteriores de la Catedral, se puede ver un zapato esculpido sobre la piedra que indica donde está situado -al otro lado, en el interior – el altar de San Marcos evangelista.

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