martes, 10 de junio de 2014

El Hospital de Nuestra Señora de la Balesquida de Oviedo - Parte I


El Hospital de Nuestra Señora de la Balesquida, del cual conocemos su andadura desde el siglo XIII y que desapareció bien mediado el XIX, fue edificado por la dama ovetense Doña Velasquita Giráldez "para recibimiento de los pobres y necesitados", según queda recogido en el testamento fundacional (1) de la cofradía que lleva también su nombre, con fecha del 5 de febrero de 1232 (2). Por el mismo documento conocemos la dotación que presentaba: "Doi vos tambien en este Hospital Camas, conviene a saver, diez Lechos con sus alconcares é con seis cavezales de buena pluma, y once mantas, y dos colchas". Hay que destacar también, que además de este edificio, Doña Velasquita Giráldez donó importantes bienes que había heredado o comprado, según queda reflejado en el citado testamento fundacional (3). 


Catastro de Ensenada (Oviedo), respuesta a la pregunta 30: "Dos refugios para las
citadas mujeres, los de Sta. María Magdalena, y Ntra. Señora de la Valesquida, 
que 
se rigen o goviernan por los Abades, y Maiordomos de las Cofradías de estos nombres, ..."

El Hospital siguió siendo denominado por el nombre de su fundadora, como queda patente en el texto que precede a la copia de unas antiguas ordenanzas de la Cofradía de Nuestra Señora de la Balesquida (datadas en 1450, según dejó constancia Juan de Dios Miguel Vigil), realizada en el siglo XVI por el Licenciado Diego Morán Giráldez, y recogidas en el Libro segundo de acuerdos y cuentas de la cofradía, las cuales podemos leer en uno de los trabajos de Juan Uría Ríu que versaba sobre las cofradías ovetenses de oficios: "En el ospital de nuestra señora doña Valesquida Giráldez a viente de abril de sesenta año, andando buscando yo, el Licenciado Diego Morán las escripturas viejas de la dicha casa, entre ellas alle las ordenanzas siguientes las que puse aquí porque la Regla y Ordenanzas de la casa dizen las llevo Pedro de Prabia y por memoria son estas. Primeramente por nos y por todos los otros que después nos vinyeren ordenamos en servicio de Dios y desta casa y compañia y compañeros de nuestra señora doña Valesquida Giraldez las ordenanzas y Regla siguiente..."

Tránsito de Santa Bárbara de Oviedo
(Fuente: Archivo Oviedo)

Siguiendo en el siglo XVI, en «Las Peregrinaciones a Santiago y San Salvador», Juan Uría Ríu (4), quien además de historiador fuera Presidente de la Sociedad Protectora de La Balesquida (5), cuando se refiere a los hospitales indica que: "En 1561 existían en Oviedo los hospitales de San Juan, Santiago, San Julián, San Sebastián, la Magdalena y la Balesquida, que estaban en unión y, aparte, el de San Nicolás". Del Hospital de Nuestra Señora de la Balesquida también trata Joaquín Fernández García en «Curanderos y santos sanadores. Aspectos de la medicina popular en Asturias», cuando habla de las enfermedades venéreas, señalando que: "Ya en el siglo XVI existió en Oviedo un hospital, el Hospital de la Balesquida, que acogía a enfermos de bubas; desconocemos ritos expulsivos para este tipo de enfermedades; sólo nos consta un remedio autóctono para el «mal de bubas» (6) denominado el «jarabe de Nuestra Señora de los Remedios» que está compuesto por raíz de zarzaparrilla, azúcar y miel." (7).

Número 5: Capilla y Hospital de la Balesquida
("Las peregrinaciones a Santiago y a San Salvador", J. Uría)

Con el paso de los años, el Hospital de La Balesquida sufrió una transformación, estando destinado ya en el siglo XVIII, a ser albergue en dónde se recogían mujeres en situación de extrema necesidad, de avanzada edad, en su mayoría viudas y pobres, sin recursos ni familiares que las protegieran, llegando a ser conocidas con el apelativo de "vieyes" o viejas de La Balesquida. En este sentido José Ramón Tolivar Faes en «El Hospital de Leprosos de San Lázaro del Camino» comenta que a mediados del siglo XVIII, el Hospital de Nuestra Señora de la Balesquida (que seguía manteniendo su denominación según queda constancia en el Catastro del Marqués de la Ensenada) tenía como finalidad la de albergar a mujeres ancianas imposibilitadas, al igual que el Hospital de Santa María Magdalena, como podemos leer seguidamente: "...Gil de Jaz, en su representación de l-IX-1751 al Rey parece decir que no hay constancia de la fundación de San Lázaro. En la misma época, el Catastro del M. de la Ensenada (8) señala «dos refugios para albergue de mugeres ancianas imposibilitadas»: Santa Mª. Magdalena y Nª. Sra. de la Valesquida". De similar forma en el artículo «La desamortización de Carlos IV en Asturias: el ejemplo de Avilés, Gijón y Oviedo», Margarita Cuartas Rivero señala que "Las capillas de la Magdalena y de la Balesquida eran la sede de dos cofradías, la de Santa Mª. Magdalena y la de Nª. Sª. de la Balesquida", indicando también que "ambas sostenían unos pequeños hospitales para mujeres pobres". 

Lápida de Dª. Balesquida Giráldez en San Tirso el Real de Oviedo
(Fuente: MWik)

En cuanto al ya citado Catastro del Marqués de la Ensenada y en relación a Oviedo, con fecha de 16 de marzo de 1752, en respuesta a la pregunta 30 de la encuesta del mismo ("Si hay Hospitales, de qué calidad, qué Renta tienen, y de qué se mantienen"), aparece citado el Hospital de Nuestra Señora de la Balesquida como uno de los dos refugios que había en la capital asturiana destinados "a albergar mujeres ancianas imposibilitadas del trabajo", como podemos leer a continuación: "A la Treinta: Que en esta Ciudad, y términos de su Consejo, hay cinco hospitales para enfermedades, dos refugios para albergar mujeres ancianas imposibilitadas del trabajo, y un hospicio [...] Los refugios para las citadas mujeres, los de Santa María Magdalena, y Nuestra Señora de la Valesquida, que se rigen y gobiernan por los abades y mayordomos de las cofradías de estos nombres..."

Cofradía de Nuestra Señora de la Balesquida
Fundada en 1232

Lidia Anes Fernández en «Pobreza y Beneficencia en Asturias en la segunda mitad del siglo XVIII», nos cuenta que los hospitales en Oviedo, en su mayoría albergues de peregrinos, sólo acogían a cada persona durante un número determinado de días, por lo que no se trataban de fundaciones que ofreciesen una asistencia permanente, salvo contadas excepciones. Además del Real Hospicio, prosigue contando Anes Fernández, en la capital del Principado de Asturias existían algunas otras fundaciones que sí acogían permanentemente a quiénes cumpliesen unas determinadas condiciones, como fue el refugio para mujeres ancianas de Nuestra Señora de la Balesquida. Anes también comenta que "las limosnas y dotes ayudaban a solventar la situación económica de los menesterosos en un momento concreto, y es de suponer que tendrían un gran número de solicitantes por lo que muchos quedarían sin asistencia [hospitalaria]. Esta situación también ocurría en las escuelas, dónde se enseñaba sólo durante unos cuantos meses al año y, además, solía estar destinada o los hijos de vecinos de parroquias o lugares determinados".




Notas:

1.- En «Historia de Asturias» (1969), de Carlos Martínez Martínez, se destaca que: En la escritura fundacional la virtuosa benefactora declaraba que la cofradía era para "los sastres y otros vecinos y buenos de la ciudad de Oviedo".

2.- La Era Hispánica es el cómputo de los años que se utilizó en España hasta bien entrado el siglo XIV. Parte del año 38 a. C., debido a la pacificación oficial, por parte de Roma, de Hispania. A las fechas que aparecen en documentos con las expresiones era o sub era, que denota referencia a la Era Hispánica, anteriores al siglo XIV, deben sustraerse 38 años para obtener las correspondientes fechas de la Era cristiana.

3.- Por el mismo testamento fundacional sabemos que Doña Velasquita Giráldez pensó en poner la obra del Hospital para albergue de pobres, bajo el cuidado de los Sres. Deán y Chantre de la Catedral de Oviedo, juntamente con el Capellán mayor de San Tirso, cosa que nunca sucedió, en el caso de que los cofrades no cumplieran con sus funciones, siendo esto reseñado por Raúl Arias del Valle en  «La influencia bienhechora de la S. I. Catedral de Oviedo».

4.- Juan Uría Ríu (1891- 1979). Nació en Oviedo en 1891, estudió Derecho en la Universidad de la capital asturiana y Filosofía y Letras en Madrid, en donde se doctoró obteniendo el Premio Extraordinario en Historia. Ejerció como profesor auxiliar interino y auxiliar temporal en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo, dando la asignatura de Historia de España, siendo nombrado en 1940 catedrático de dicha asignatura en esa Facultad por oposición. Un año después, en 1941, se le nombra decano de la Facultad, cargo que ejerció hasta 1951. Fue miembro de la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria desde 1927, vocal de la Comisión Provincial de Monumentos de Oviedo desde 1930 y su Presidente en 1931, Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia en 1930, Comisario provincial de excavaciones arqueológicas en 1939, Cronista de la ciudad de Oviedo desde 1948 y Cronista de Asturias por la Diputación Provincial desde 1968, además de ser Presidente de la Sociedad Protectora de la Balesquida desde 1959. Falleció en el año 1979.

5.- Fundada en 1930, en sus inicios fue llamada "Sociedad Protectora de la Cofradía de la Balesquida", pero luego pasaría  a  denominarse "Sociedad Protectora de la Balesquida".

6.- El "mal de bubas" es una de las designaciones de la época con la que se referían a la enfermedad de la sífilis.

7.- Melquiades Cabal en «Hospitales antiguos de Oviedo», en relación al «mal de bubas» y su remedio dice: "Muy utilizado de antiguo era el Jarabe de Nuestra Señora de los Remedios, compuesto de raíz de zarzaparrilla de la especie Smilax Oficinalis importada de América Central, jarabe que había de hacerse en el momento de su utilización, ya que el tiempo degradaba sus propiedades terapéuticas".

8.- Desde el año 1749 se realizó en la Corona de Castilla, menos en las provincias vascas por estar exentas de impuestos, una minuciosa averiguación a gran escala de sus habitantes, propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, incluyendo los censos; además de las características geográficas de cada población. Fue ordenada por el rey Fernando VI a propuesta de su ministro el Marqués de la Ensenada, Zenón de Somodevilla y Bengoechea (1707-1781), recibiendo a día de hoy en día el nombre de Catastro de Ensenada. Su puesta en marcha por Real Decreto de Fernando VI aconteció el 10 de octubre de 1749, como paso previo a una reforma fiscal, que sustituyera las complicadas e injustas rentas provinciales por un solo impuesto, conocido como Única Contribución, aunque este no se llegó a implantar.



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Bibliografía y fuentes consultadas:


El Hospital de Leprosos de San Lázaro del Camino
José Ramón Tolivar Faes
Publicado en la separata de "Archivum", Revista de la Facultad de Filología. Oviedo, 1962

Las Cofradías Ovetenses de los oficios
Juan Uría Ríu
La Balesquida. Oviedo, 1972

Hospitales antiguos de Oviedo
Melquiades Cabal
I. D. E. A. Oviedo, 1985

La desamortización de Carlos IV en Asturias: el ejemplo de Avilés, Gijón y Oviedo
Margarita Cuartas Rivero  
Boletín del Real Instituto de Estudios Asturianos, número 138. Oviedo, 1991.


Curanderos y santos sanadores. Aspectos de la medicina popular en Asturias
Joaquín Fernández García
Grupo Editorial Asturiano. Oviedo, 1996.

La influencia bienhechora de la S. I. Catedral de Oviedo
Raul Arias del Valle, Archivero Capitular de Oviedo.
Actas del XI Congreso del Asociación de Archiveros de la Iglesia en España. Valencia del 11 al 15 de septiembre de 1995. Coordinado por Agustín Hevia Ballina.
Memoria Ecclesiae XI: Beneficencia y hospitalidad en las Diócesis de España; Santoral Hispano-mozárabe en las Diócesis de España, 1997.

Pobreza y Beneficencia en Asturias en la segunda mitad del siglo XVIII
Lidia Anes Fernández
Real Instituto de Estudios Asturianos. Oviedo, 2000.

Enfermedad y sociedad en los primeros tiempos modernos
Juan Ignacio Carmona
Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 2005.

Las Peregrinaciones a Santiago y San Salvador, Volumen 1
Juan Uría Ríu
Univesidad de Oviedo - KRK Ediciones, 2006.


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