domingo, 12 de agosto de 2018

El Lignum Crucis enviado por Paulo III a Lima


En «Crónicas sobrosas de la vieja Lima» (1969), D. Ramón Barrenechea Vinatea, habla sobre la gran importancia de la que ha gozado la capital de Perú, llegando a ser privilegiada, por solicitud del emperador Carlos V al Papa Paulo III, con un fragmento del Lignum Crucis, entorno al cual Francisco Pizarro estableció la Cofradía de la Vera Cruz en el año de 1540. 



Relicario y "Lignum Crucis" de Lima

"La Santa Sede ha favorecido en algunas ocasiones a la privilegiada ciudad de Lima, la más mimada y principal entre todas las de la América del Sur, con una reliquia de la sagrada Cruz en la que fue enclavado Nuestro Señor Jesucristo; y así vemos en 1539, a solicitud del propio emperador Carlos V, el Papa Paulo III, envió al conquistador del Perú, don Francisco Pizarro, un fragmento del Lignum Crucis como el mejor y más seguro iris de paz y de concordia que podía enviársele en la guerra civil sostenida con tanto encarnizamiento, entre él y sus partidarios y el capitán Diego de Almagro y los suyos; habiendo sido el conductor de esta preciosa reliquia el padre dominico fray Juan Bautista Roca, la que tiene dos y media pulgadas de largo por una de ancho y dos líneas de grueso, estimándose por esta extensión ser una de las mayores entre las que existen distribuidas en toda la Cristiandad.